Cada vez hay más consciencia de tener una actitud de gratitud en la vida, pero hoy quiero invitarte a profundizar un poco más en el porqué, debemos acostumbrarnos a entender el porqué hacemos las cosas antes de hacerlas para no caer en modo robótico.
La Kabbalah nos enseña que un corazón solo puede estar alegre cuando reconoce la bondad inherente a la vida y a nuestros procesos personales, pero la primera pregunta que cabe es: ¿La vida es buena de verdad? y la respuesta más profunda es sí, la vida es buena. Un ejercicio práctico que podemos hacer es mirar en retrospectiva y ver cómo de toda situación por más crítica que haya sido salimos fortalecidos de alguna manera, de alguna manera lo que ocurrió fue el mal menor, con lo cual la vida es buena.
Esta es la razón por la cual debemos ser siempre personas agradecidas, la Kabbalah nos lleva un paso más allá a mostrarnos cómo entender el agradecimiento sin caer en un discurso light, y es el estado permanente de apreciación. Para mí apreciar es desear más de lo mismo, desear más sobre nuestro trabajo, sobre nuestra relación de pareja, desear más autoestima, que cada área de nuestra vida tenga una conexión y experiencia más profunda sin necesidad de reemplazarla, que siempre podamos sentir continuo entusiasmo y motivación sobre lo que ya tenemos.
El título de este artículo es el problema de no apreciar y este es que perdemos la alegría de nuestro corazón, perdemos el entusiasmo por las enormes bendiciones como la salud, el trabajo, nuestros hijos, simplemente dejamos de ver su luz y de esta manera se va perdiendo la chispa, la magia, dejándonos una sensación de carencia y de vacío ilusorio que hace que busquemos nuevas parejas, nuevos trabajos, nuevos amigos abandonando en muchas ocasiones relaciones maravillosas. Las personas que aprecian y agradecen todos los días por lo que tienen en ese momento son personas vibrantes, con una energía muy agradable que actúa como imán para continuar atrayendo cosas buenas a su vida, para continuar sosteniendo el flujo del amor y de la dicha en todas sus relaciones.
Cuando no apreciamos el dinero, no entendemos cómo relacionarnos con él, difícilmente podremos mantenerlo como un flujo constante que nos trae satisfacción a nosotros y a quienes nos rodean, voy a escribir otro artículo sobre eso, por ahora te invito a que aprecies lo que tienes aquí y ahora y desde ese lugar de entusiasmo agradezcas a la vida por conducirte hasta aquí, cultiva la apreciación como una herramienta para sentirte pleno y atraer más y mejores situaciones a tu vida.
¡Compruébalo esta semana!